El perdón de las deudas que prevé la ley de segunda oportunidad está pensado tanto para autónomos o empresarios, como para cualquier persona normal, trabajador por cuenta ajena que se encuentra ahogado por las deudas derivadas de préstamos, microcréditos, tarjetas, o hipotecas a las que no puede hacer frente.
Su finalidad es que estas personas puedan superar una situación de insolvencia, de la misma forma que una empresa puede “cerrar la persiana” y olvidarse de las deudas.
Hasta entonces nos encontrábamos con que una persona que avalaba personalmente créditos de su empresa o que no podía pagar los créditos personales o tarjetas que había solicitado, tenía que cargar con esa losa toda su vida. A veces, incluso la deuda, lejos de disminuir crecía al estar compuesta por tarjetas o créditos revolving con intereses usuarios.
Es con esta finalidad con la que surge en 2015 la Ley de Segunda oportunidad, inspirada en la legislación de países de nuestro entorno y de Estados Unidos que ya contaban con sistemas similares desde hacía años.
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